¿Cómo se diagnostica la gota?

La gota es una forma común y dolorosa de artritis. Provoca hinchazón, enrojecimiento, calor y rigidez en las articulaciones. La gota se produce cuando el ácido úrico se acumula en la sangre.

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Esto ocurre si el cuerpo produce demasiado ácido o no se elimina correctamente, o si se consumen demasiados alimentos que contienen purina, como el hígado y las legumbres secas. La seudogota tiene síntomas similares y a veces se confunde con la gota. Sin embargo, está causada por el fosfato de calcio y no por el ácido úrico. La gota suele atacar primero el dedo gordo del pie. También puede atacar los tobillos, los talones, las rodillas, las muñecas, los dedos y los codos.

Síntomas

La gota viene casi siempre precedida de una hiperuricemia (elevación del ácido úrico en la sangre), por lo que es una enfermedad silenciosa hasta que desencadena el primer ataque de artritis gotosa, que suele ser en el primer dedo del pie (podagra). A partir de esa primera crisis, la gota puede afectar a otras articulaciones como la rodilla, las manos, generando incluso poliartritis (inflamación de muchas articulaciones simultáneamente) en algunos casos. La gota, si no se trata, puede provocar una destrucción articular irreversible.

Desde hace algunos años se sabe que la gota no es una enfermedad exclusivamente articular, ya que el ácido úrico puede depositarse en otras estructuras, como los vasos sanguíneos. La inflamación generada por el ácido en la pared vascular conlleva un aumento del riesgo cardiovascular, por lo que hoy en día, al igual que la hipercolesterolemia, la hipertrigliceridemia o la diabetes, la gota se considera un factor de riesgo cardiovascular independiente.

Aquí encontrará todos los síntomas de la gota: Gota Síntomas

¿Cómo se diagnostica?

La gota no puede diagnosticarse con un simple análisis de sangre, ya que muchas personas tienen niveles elevados de ácido úrico en la sangre, pero nunca desarrollan la enfermedad de la gota. La gota se diagnostica más bien a partir del líquido de la articulación inflamada. Este líquido se observa con un microscopio para detectar los cristales de urato sódico.

El líquido se extrae mediante una punción de la articulación inflamada (procedimiento denominado artrocentesis). La eliminación del líquido puede reducir la presión en la articulación y, por tanto, el dolor. El hecho de no encontrar estos cristales no descarta necesariamente el diagnóstico de gota. En ocasiones, no se encuentran cristales la primera vez, pero si se encuentran, se extrae más líquido en un momento posterior durante un ataque posterior.

Dado que la gota puede causar dolor articular crónico y afectar a otras articulaciones, es muy importante que se realice un diagnóstico preciso. Así, su médico podrá prescribirle el tratamiento adecuado.

Si ya te han diagnosticado gota aquí puedes encontrar muchos remedios naturales para aliviar el dolor: Remedios caseros para la gota

¿Cómo se trata la gota?

Tradicionalmente, el tratamiento de los casos agudos de gota ha consistido en la administración de colchicina, que puede ser eficaz si se administra al principio del ataque. Sin embargo, la colchicina puede provocar náuseas, vómitos, diarrea y otros efectos secundarios. Las dosis pueden tolerarse mejor si son bajas y deben reducirse en pacientes con trastornos renales. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son fármacos "similares a la aspirina" que pueden aliviar la inflamación y el dolor en las articulaciones y otros tejidos. Los AINE, incluyendo la indometacina y el naproxeno, han sido adoptados como la mejor opción para el tratamiento de la mayoría de los ataques agudos de gota. No se ha demostrado que ningún AINE en particular sea mejor que otro. El alivio más rápido de los síntomas se consigue con dosis altas de AINE de acción rápida. Aunque estos fármacos pueden causar irritación estomacal, úlceras o diarrea, suelen ser bien tolerados si se administran durante un corto periodo de tiempo.

Algunas personas no pueden tomar AINE debido a otras condiciones médicas, como úlceras o problemas renales, o al uso de anticoagulantes. Los corticosteroides son opciones importantes en los pacientes que no pueden tomar AINE o colchicina. Su administración, por vía oral o mediante inyecciones intramusculares o articulares, puede ser muy eficaz en el tratamiento de los ataques de gota. Descansar la articulación afectada y aplicar compresas frías en la zona también puede ayudar a aliviar el dolor.

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